—Pues qué te diré Alice, bastante directa y discreta, ojos miel, figura de...

—No seas invécil Dawson estoy refiriéndome a lo que pasó con la propuesta, dio comentarios, aprobó o no. Tus asuntos hormonales no vienen al caso en este preciso momento. —me encantaba hacerla enojar con mis chistes fuera de lugar y un tanto pervertidos. Reí mientras nos dirigíamos al ascensor.

—Mira, lo que sucede es que... —me pasmé cuando vi que las puertas se abrieron y estaba Greace con su esposo. Alice me golpeó el hombro disimuladamente para que reaccionara y entrara.

—¿Van a la planta baja cierto? —preguntó aquel alto y elegante caballero, asentimos.

—Si no hubiese sido por ti ya me hubiera ido al piso 5. —Jugueteaba con él con tal picardía que me hizo pensar por un instante en esa coquetería que me hizo hace unos minutos en la sala de juntas.

Terminamos de entrar al ascensor, ella con su esposo y Alice conmigo.

Alice se miraba un poquitín en el espej