“Me has malentendido, abuela. ¡No tengo ninguna intención de tomar ninguno de los activos de la familia Yaleman en absoluto!", respondió Gerald frunciendo el ceño sutilmente.

“¡Jum! Desde que tu madre, esa ingrata hija mía, dejó la familia Yaleman, ¡todos ustedes ya no tienen nada que ver con la familia Yaleman! ¡He cortado oficialmente todos los lazos con esa chica! Antes de que continues, comprende lo que ya ha sucedido", se burló la anciana.

Gerald no dijo nada en absoluto.

Al ver lo tensa que se había vuelto la situación, el cuarto tío se aclaró la garganta antes de hablar.

“Ejem, mamá, mira. Sin importar lo que pasó entre tú y ella, Gerald sigue siendo tu nieto. Yo, por mi parte, creo que es bueno que el chico todavía tenga cierto sentido de devoción filial. Esta es la primera vez que vuelve a casa, así que te aconsejo que dejes de asustarlo. ¡Gerald, ven aquí! Dado que todos los ancianos de la familia están reunidos aquí, ¿por qué no vienes a servirles un poco de té?”.

Fue e