"Gerald, ¿este es el coche nuevo que compraste?", preguntó Sharon sorprendida. "Sí. Lo conseguí hace unos días. Solo un medio para ir del punto A al B”, respondió Gerald mientras tiraba las llaves sobre la mesa. Esto excitaba, pero angustiaba a Lilian; ya que tenía miedo de que, esa costosa llave para el coche, se dañara. Sin embargo, lo que más le emocionó a ella, fue verle el rostro de Hayward, que se tornó verde de envidia. “¿Por cierto, escuché a Lilian mencionar que compraste recientemente un coche? Yo no lo he visto, todavía. ¿Qué coche obtuviste? ¿Un BMW Serie 7, un Mercedes Benz o un Audi? ¿Vale más de ciento cincuenta mil dólares?”, preguntó Gerald con una sonrisa en su rostro, mientras miraba a Hayward. “¡Jeje! Hayward adquirió el Passat por más de treinta mil, pero ¿cómo podría compararse con tu coche de trescientos mil dólares?”, se burló Lilian mientras le volteaba los ojos a Hayward. Hayward respiró hondo y sus manos empezaron a temblar, incontrolablemente.
Lilian miró a Gerald con el ceño fruncido, enfadada. “Hiciste un buen trabajo. Pero no quiero que me toques”, ella desdeñó. "¿Pensaste que era tu novia?". “¿Oh? Ahora que Hayward se ha ido, ¿qué debemos hacer?”, preguntó un perplejo Gerald. “¡Hmm! No te preocupes. Definitivamente volverá por mí... Uno, dos, tres...”. Lilian contaba con los dedos cuando, de repente, la voz de Sharon llegó por encima de su hombro. "Hayward, ¿qué estás haciendo?". “Lilian, hay algunas cosas que necesito aclarar contigo. No sé lo que piensas de mí, ahora, pero admito que me equivoqué por no defenderte cuando Sharon te golpeó, ayer. He estado lamentándolo mucho. Yo sinceramente espero que me des una oportunidad. ¡Te puedo demostrar que soy mucho más fuerte y capaz, en comparación con ese nuevo ricachón Gerald!”, respondió Hayward, con un tono de arrepentimiento; más humilde de lo usual. Obviamente, su autoestima parecía completamente disminuida; la misma que una vez tuvo tan alta. Gerald no p
”¿Señorita Cole?". Una mujer que lucía como si tuviera veinticinco años de edad, estaba llamando a Lilian mientras la miraba con respeto. Lilian, por otro lado, fingió no conocer a la mujer en el momento en que la vio. ¿Quién era ella? Ella no era otra que Quartney, la directora comercial que le alquiló el coche. “¿Oh? ¿Es urgente? Si hay algo urgente, tal vez puedas hablar conmigo por WhatsApp; cuando esté en casa. No es un momento muy conveniente, ahora". El rostro de Lilian se estaba quedando sin color. ¡Oh dios! ¿Cómo podría haber tal coincidencia? De todos los lugares, se encontró con la gerente que le alquiló el coche, allí. ¿Por qué no pudo suceder eso después? Ella acaba de volver con Hayward. “Está bien, señorita Cole. Solo quería hacerle saber que no le presté atención, al momento en que le alquilé este coche. Le escribí para que entregara el coche mañana, pero cometí un error. ¡Tiene que entregarlo antes de las 4:00 PM de hoy; ya que tendremos que devo
Hayward se burló de Gerald, antes de retirarse felizmente con Sharon. Lilian se puso en cuclillas y empezó a sollozar. "¡Oh! Sr. Crawford! ¿Cómo es que estás aquí?”. Una voz habló, de repente. Un hombre de mediana edad, vestido con un traje y zapatos de cuero, llegó trotando hacia Gerald. "¿Usted es...?". Gerald pensó que le resultaba muy familiar, pero no podía ponerle un nombre. “Bueno, señor Crawford, es normal que no sepa quién soy. Pero yo sé quién es usted. También estuve presente en su última reunión de recepción, en el condado de Serene. Fui testigo de cómo se tomó el día con gracia. Mi nombre es Blake Wadford. El Sr. Lyle acaba de reclutarme en el grupo, como gerente de planificación de eventos. ¿También está aquí para asistir al banquete de cumpleaños de la señorita Larson?”. El hombre sonrió y se frotó las manos con nerviosismo. Los sollozos de Lilian se detuvieron, mientras miraba a ambos hombres sin comprender. Incluso Hayward y Sharon, que estaban a pu
”¡M*erda! Gerald, ¡realmente entramos!”. Lilian respiró, sorprendida. Ella casi no mostró ninguna resistencia, aunque Gerald todavía estaba abrazando su cintura. Todo se había tornado demasiado interesante, ahora que las cosas habían cambiado. Estaban en el lugar de encuentro. El banquete de cumpleaños de Elena, fue excepcionalmente grandioso, esta vez. Esto se debió principalmente a que, el Sr. Larson, también quería aprovechar esta oportunidad para organizar una gran reunión, para todos los propietarios de negocios. Como Hayward era de la Montaña Yorknorth, eso automáticamente lo calificó en la lista de asistentes al banquete. Había más de cien invitados en la escena. La mayoría eran ricos y jóvenes herederos, y también había muchos jefes. El diseño del evento fue un poco similar al de una ceremonia de boda. Había un pasillo largo en el medio y las mesas de banquete se alineaban a ambos lados del pasillo. Gerald logró encontrar un asiento para ambos. Después de to
Leila también se presentó, ante todos. Ella había aprendido mucho de estas personas. Leila siempre pensó que los ricos solo hablaban de coches lujosos, pero esta gente no. Sus discusiones tuvieron profundidad; tocaron temas como la administración del dinero y un estilo de vida saludable. Leila quedó muy impresionada. Douglas, a quien le encantaba hacer alarde de su riqueza, o Gerald, de quien ella pensaba que era demasiado suertudo, no se podían comparar en ninguna parte con este sofisticado grupo de tecnócratas. Lilian se molestó, después de escuchar la forma en cómo hablaba Hayward. Sabía que Gerald no se mantendría a la altura de su autoproclamado estado, ya que todos estaban bien. A Hayward le había ido bastante bien y conocía a mucha gente. Gracias a eso, Lilian no podía soportar levantar la cabeza; sintiendo como si hoy hubiera sido un completo fracaso. "¿Cuándo vendrá Elena Larson?", interrogó a algunos jóvenes. Para la mayoría de ellos, era la primera vez que conocían
Gerald no había visto a Elena en un tiempo, y ahora parecía mucho más bonita. "¡Elena Larson es preciosa!", exclamó un aturdido Hayward. Sharon, sin embargo, no estaba celosa en lo absoluto. Tenía que admitir que Elena era una verdadera belleza. "¡Por supuesto que lo es! Elena es la hermana divina del Sr. Crawford. ¡Tiene que serlo!”, dijo Liam y sonrió. “Entonces, ¿por qué no está aquí el Sr. Crawford, Liam?”, preguntó Leila. Realmente esperaba ver quién era el Sr. Crawford. "Déjame decirte por qué. Mi papá mencionó que es alguien que mantiene un perfil bajo y no le gustan los banquetes y las funciones, como tal", Liam explicó, como si conociera muy bien a Gerald. "¡Ah!". Leila estaba decepcionada. “Oye Leila, ¿quieres un trago? Este jugo de fruta es importado, ¡es excelente! ¡Déjame traerte un poco!”. Douglas no estaba contento de ver que Liam y Leila se llevaban bien. "Estoy bien. Déjame en paz". Leila miró a Douglas con el ceño fruncido y se volvió hacia Liam
Gerald trató de calmarla. “¿Quiénes eran estos dos? ¿Cómo llegaron hasta aquí? ¿Conocen las reglas?”, exclamó un hombre de mediana edad, desde la otra mesa. Toda la habitación se convirtió en un susurro. Fue una completa falta de respeto robarle la atención a Elena, mientras todavía hablaba en el escenario. Más aún, haberse puesto de pie mientras todos los demás estaban sentados. Eso debió haber llamado la atención de los Larson. Luego, la atención de todos volvió al escenario, para ver cómo reaccionaba Elena. Las lágrimas brotaron de sus ojos, mientras dejaba caer el micrófono de su mano. "¡Viniste!", Elena gritó. Gerald limpió sus pantalones y, cuando escuchó la voz de Elena, se dio cuenta de que ella lo estaba mirando directamente a él. "Sí. ¡Feliz cumpleaños!", Gerald respondió con torpeza. Miró a su alrededor, dándose cuenta de que no le había traído ningún regalo; excepto las llaves del coche. “Lamento no haberme preparado para tu cumpleaños. Sólo puedo ofr