“¡Esto no es bueno! ¡Ahora tu aura masculina está afectando nuestra energía vital esencial …!”, se lamentó el impotente señor Sevenom.

“¡Detén esto, Agua Fría…! ¡Aunque continúes, nunca podremos ganar este enfrentamiento…! Además, ¡nosotros también saldremos gravemente heridos…!”, refunfuñó el maestro Dragón Verde a través de su técnica de transmisión de voz. Aunque no estaba dispuesto a admitir la derrota, ¡el daño se estaba volviendo demasiado insoportable para su comodidad…!

Al escuchar eso, la maestra Agua Fría se apresuró a gritar: “¡Sus habilidades son realmente extraordinarias, señor Crawford! Así que, ¡acabemos con esto ahora!”.

“¡Vaya, gracias! ¡Me siento afortunado de haber ganado!”, respondió Gerald, haciendo que ambas partes retiraran su energía vital esencial.

Liberados por fin de la variación de temperaturas, Sevenom y Dragón Verde terminaron retrocediendo unos cuantos pasos. Los tres estaban totalmente consternados.

Al ver lo golpeado que estaba la Maestra Agua Fría