“¡Hermana, no...!”, gritó Elaine que intentó detener a Fae, pero ya era demasiado tarde.

Se escuchó el sonido del disparo... Sin embargo, ¿después se escuchó un extraño sonido de metal rompiéndose...? Había dos grandes sauces a cada lado de Gerald, y en ambos árboles había marcas de balas... ¿Gerald había… partido esa bala por la mitad...?

Aunque Freyr se quedó estupefacta a ver eso, se sorprendió aún más cuando se dio cuenta de que flotando a milímetros de la frente de Fae... ¡estaba la hoja de sauce que Gerald tenía en la mano hace un momento! La hoja tenía un poder inmenso, y si hubiera golpeado la frente de Fae, ¡habría muerto al instante...!

Naturalmente, cuando también se dio cuenta de su presencia, ¡Fae se aterrorizó tanto que dejó caer su revólver de inmediato!

Antes de que alguien más pudiera decir algo, una voz dijo de repente: “Sí que es hábil, señor Crawofrd, pero como maestro Domiensch, ¿no crees que intimidar a una chica normal es demasiado?”.

La voz pertenecía