En el momento en que el ataque golpeó su hombro, ¡Fae palideció al instante antes de expulsar la sangre a montones!

“¡S-Segunda Joven Señora…!”, exclamó Gerald con un pánico fingido, ¡antes de lanzar dos bombas de gas! ¡Las bombas explotaron rápidamente, nublando toda la zona en cuestión de segundos…!

Cuando la niebla por fin se disipó, los dos ya no estaban por ninguna parte. Aun así, Viento Oscuro y Lyndon no pudieron evitar mirarse y sonreír. Todo fue un gran espectáculo, así que, naturalmente, no iban a perseguirlos.

No obstante, Lyndon no pudo evitar sentirse ligeramente preocupado, lo que le hizo preguntar: “¿Estás seguro de que tu ataque no fue mortal…?”.

“No te preocupes, apenas usé algo de fuerza. Aun así, ¡eso será suficiente para asustarla! A partir de ahora, deberíamos dejar el resto al Señor Crawford”, respondió Viento Oscuro en tono alegre…

Volviendo con Gerald, corrió y corrió cargando a Fae en sus brazos hasta que finalmente llegaron a un parque a unas treinta mill