“¡Por supuesto! ¡Haz la pregunta!”, respondió Lucian asintiendo. “Bueno… La señorita Lindsay… nunca regresó desde que se fue, ¿verdad?”, preguntó Gerald con el ceño ligeramente fruncido. Parece que después de hablar dos veces con Lucian al respecto, él sintió que el hombre realmente no sabía nada sobre el asunto. Es más, con la forma cariñosa que hablaba de Lindsay, era difícil imaginar que Lucian fue el que la secuestró… “… ¿Qué quieres decir con ‘nunca regresó’? ¿No fueron tú y Aiden los que se fueron con ella?”, respondió Lucian, claramente sorprendido de escuchar eso. Sacudiendo la cabeza, Gerald respondió: “No, me refiero después de eso…”. “Bueno… Desde la vez que se fueron juntos, ella nunca regresó… Además, el señor Lawrence nunca mencionó nada acerca de traerla de regreso…”, murmuró Lucian en respuesta. “Ya veo…”. “Pero… ¿A qué te refieres con todo esto? ¿Podría haberle pasado algo a Lindsay...?”, preguntó Lucian en un tono serio. Él, por su parte, no era el cabeza
“Bueno... ese debería ser el caso…”, dijo Gerald mientras levantaba una ceja levemente. “… ¿Me está ocultando algo más, señor…?”, preguntó Lucian, estando curioso por la respuesta de Gerald. “La verdad es que Frey había intentado acosar a la señorita Lindsay antes, aunque logré detenerlo a tiempo”, respondió Gerald mientras miraba directamente a los ojos de Lucian. “¡Ese b*stardo!”, gritó Lucian. “… ¿Mmm? ¿No vas a sospechar de mí si he dicho calumnias...?”, respondió Gerald, quien no pudo evitar reírse. “Desafortunadamente, aunque Frey es bueno con la mayoría de las cosas, lo único en lo que es malo es en el autocontrol... Ni siquiera puedo contar la cantidad de chicas que le ha hecho daño, y siempre tengo que compensarlas... Aún así, no puedo creer que él en realidad pondría sus ojos en Lindsay esta vez... ¡Ese chico realmente está perdiendo la conciencia! Si él lo hubiera logrado, ¡no creo que yo tuviera el coraje para ver al señor Lawrence por el resto de mi vida!”, expli
“Esto no se trata de Frey... Se trata de Lindsay. Al parecer, ¡ella ha desaparecido de camino aquí! Además, como Frey la ha acosado antes, ¡Gerald está pidiendo a sus hombres que vengan para saber si están involucrados!”, respondió Lucian con un suspiro. “… ¿Q-qué? ¡¿Ella ha desaparecido?!”, exclamó el mayordomo, claramente sorprendido por la noticia. “Así es… Además, si alguno de sus hombres se niega a venir, ¡llama a la policía para que lo registren! ¡Tenemos que asegurarnos de que la desaparición de Lindsay no tenga nada que ver con nuestra familia!”, ordenó Lucian. Asintiendo en respuesta, el mayordomo llamó rápidamente a todos y les dijo que se reunieran allí. Sin embargo, cuando terminó, el mayordomo no pudo evitar preguntar: “Um... Amo, ¿por qué no me enteré de que la señorita Lindsay vendría...?”. “Yo también me acabo de enterar”, respondió Lucian. “… Si ese es el caso, entonces ¿por qué los otros miembros de la familia sabrían sobre esto? ¿Podría uno de los Grubb con
“... ¡P-pero no hemos hecho nada!”. “¡Sí! ¡Hemos estado aquí en la mansión todo este tiempo! Si no nos cree, ¡puede revisar las imágenes de vigilancia!”. “¿Se trata del Joven Amo Frey? ¿Hay alguna noticia sobre él?”, preguntaron los hombres asustados mientras trataban de recordar si habían violado por accidente alguna de las reglas de la familia. “¿Hace cuántos días pasó, Gerald?”, preguntó Lucian. “Hace una semana”, respondió Gerald. “¡Haz que alguien revise todas las grabaciones de vigilancia de la semana pasada! ¡Investiga a fondo a cualquiera que haya dejado la mansión por asuntos personales en la última semana!”, ordenó Lucian, lo que provocó que el mayordomo comenzara a llamar a alguien para revisar las imágenes. En cualquier caso, después de escuchar todo eso, los hombres de Frey no pudieron evitar sentirse estupefactos. Después de todo, aparte de lo serios que se veían Lucian y su mayordomo, los hombres de Frey sabían muy bien que Lucian casi nunca solicitaba que se
Sabiendo que buscarla de esta manera no era diferente de buscar una aguja en un pajar, Lucian no pudo evitar sentirse un poco impotente. Certamente no ayudó que cuanto más tardaran en localizarla, mayores eran las posibilidades de que ella estuviera en peligro... “Entonces... ¿Deberíamos llamar al señor Lawrence para que nos explique...?”, preguntó el mayordomo. “Lo intenté, pero Gerald me detuvo, afirmando que si los Lawrence ya se negaban a dar más detalles a las fuerzas especiales de Weston, había pocas posibilidades de que nos dieran más detalles. Así que, creo que el señor Lawrence debe estar en un buen lío. Ya que probablemente no nos proporcionará la información necesaria, tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo para salvar a Lindsay. Incluso si no lo logramos, al menos podremos decir que hicimos nuestro mejor esfuerzo. De esa manera, no será demasiado vergonzoso para mí encontrarme con él en el futuro”, respondió Lucian mientras sacudía la cabeza. “Por cierto, los organi
Después de pisar varios montículos de huesos, Gerald pronto llegó a la parte más interna de la cueva... Al salir de la cámara de piedra, el anciano miró por un momento al joven empapado antes de sacudir la cabeza y decir: “Una rara lluvia fuerte…”. “Así es... Como sea, estoy aquí porque…”. “Espera. Ven aquí y caliéntate primero. Iré a buscar ropa seca para ti”, interrumpió el hombre mientras se pasaba un dedo por los labios antes de seguir adelante en la cámara de piedra. La verdad era que Gerald ni siquiera estaba preocupado por su condición en ese momento, pero como el anciano insistió, él solo sacudió la cabeza antes de seguirlo. Mientras caminaba por la cámara, él no pudo evitar notar que la cámara apenas había cambiado desde la última vez que estuvo en ese lugar. En cualquier caso, él pronto vio al anciano rebuscando en un gabinete de piedra. Asomando la cabeza, el anciano le arrojó una bolsa a Gerald mientras decía: “Pruébate esto”. Cuando Gerald atrapó la bolsa, el a
“No te preocupes, no se han usado antes”, respondió el anciano en un tono indiferente. Asintiendo en respuesta con timidez, Gerald luego colgó su ropa junto al fuego antes de sentarse frente al anciano mientras le preguntaba: “Entonces... ¿Sabes por qué estoy aquí, mayor?”. “¿Crees que sé técnicas de adivinación o algo así?”, respondió el anciano mientras rodaba los ojos. “… Bueno… Estoy aquí para descubrir los secretos de la Isla Anhelo. Por lo que me dijeron los descendientes de la Tribu Seadom, todos los registros importantes de esa tribu están guardados aquí…”, murmuró Gerald con un suspiro. “… ¿Isla Anhelo? ¿Tribu Seadom?”, respondió el anciano, luciendo un poco confundido. Al ver eso, Gerald se vio obligado a preguntar: “... Tal vez... ¿Podría buscar por mi cuenta...?”. “Por supuesto. Como he dicho, todo lo que hay aquí es tuyo ya que tienes el Espíritu Primordial Titánico dentro de ti. Solo estoy aquí para cuidar tus pertenencias”, respondió el anciano mientras conti
Justo cuando empezaba a fumar, y a descansar un poco la vista, Gerald escuchó al anciano decir: “¿Encontraste lo que buscabas?”. “Aún no”, respondió Gerald con un suspiro. “Ya veo. Debes saber que hay al menos mil libros aquí, la mayoría de ellos son sobre habilidades de cultivo y los demás son registros históricos. Así que, si realmente quieres información sobre esa isla, me temo que necesitarás como mínimo medio mes”, dijo el anciano mientras se levantaba de la cama. “¿No hay una mejor manera de hacer esto...?”, murmuró Gerald mientras observaba al anciano caminar hacia él. “¡Por supuesto que no! Aunque las antiguas ruinas existen desde hace más de mil años, solo he estado aquí durante los últimos sesenta años. Aún así, ¡todavía no he tocado ni un solo libro de aquí!”, respondió el anciano mientras se sentaba al lado de Gerald antes de mirar hacia arriba. Apagando su cigarrillo, Gerald se puso de pie antes de alcanzar un libro y decir: “Qué problemático…”. A pesar del tie