“¡Oh no! ¡El aura se está volviendo más fuerte!”.

Gerald estaba alarmado.

“Rápido, señor Lee, saque a sus hombres de aquí. ¡Salgan ahora! ¡El aura masculina en sus cuerpos es el objetivo de los fantasmas rencorosos!”.

Inmediatamente, Gerald le gritó a Harold.

“¡Retírense!”.

Harold gritó de inmediato sin pensarlo dos veces.

Al escuchar esto, todos los inspectores se retiraron del salón con Harold y se pararon al costado del camino de inmediato.

Una vez afuera, Harold y sus hombres vieron la niebla negra precipitarse desde el cielo hacia el salón de la Pandilla Hoklux.

Al ver esto, todos en la escena estaban aterrorizados. Pensaron que era muy aterrador ya que nunca antes habían visto algo así.

En ese momento, solo Gerald y Ray quedaron dentro del salón.

Gerald miró a Ray, que estaba detrás de él.

“¡¿Qué estás haciendo aquí?! ¡Sal ahora!”.

Gritó Gerald.

“¡Hermano Gerald, quiero quedarme para ayudarte!”.

Respondió Ray.

“¡¿En qué me puedes ayudar?! Aún no has aprendido nada.