Muy pronto, Gerald recibió un mensaje de texto de su banco, indicando que el dinero ya había llegado.

Su hermana era realmente eficiente.

¿Pero cómo iba a gastar ese dinero?

¡Ah!

Si invertía el dinero, su familia se enteraría sin duda. Quizás su padre no se daría cuenta si compraba algo.

¡Ciento cincuenta millones de dólares! ¿Cuántos artículos tendría que comprar entonces?

¡Esto era realmente estresante!

Gerald se golpeó la frente y ya no tenía intención de dar un paseo. Por lo tanto, decidió volver a su dormitorio para acostarse.

Pasaron tres días y Gerald aún no había pensado en una buena manera de gastar el dinero.

En esos tres días habían ocurrido tres cosas dignas de mención.

La primera fue que Layla había pedido la baja en la escuela porque su madre la había sacado a la fuerza del colegio.

Gerald estaba muy enfadado por esto y realmente quería ayudar a Layla. Sin embargo, el teléfono móvil de Layla no estaba conectado y no podía ponerse en contacto con ella.

Había pl