Unos momentos más tarde, Chace bajó su pincel antes de lanzar el talismán al cielo... Y así, ¡el talismán se transformó en un fénix dorado que luego se alejó volando!

“¡Este talismán se llama Fénix Dorado Elevado!”, explicó Chace mientras le indicaba a Gerald que comenzara.

Entendiendo la pista, Gerald cerró los ojos antes de recordar cuidadosamente cada una de las pinceladas anteriores de Chace.

Al ver que Gerald no estaba escribiendo nada después de un tiempo, Chace dijo: “Sabes, ¡puedes rendirte si no puedes hacerlo!”.

‘¿Rendirme…?’, pensó Gerald, sintiéndose un poco molesto. ¿Cuándo admitió alguna vez la derrota? ¡Rendirse simplemente no estaba en su diccionario!

Después de unos momentos más, Gerald abrió los ojos de par en par antes de alcanzar el pincel y comenzar a dibujar un talismán similar al de Chace. Con lo fluidos que eran sus movimientos, casi se sentía como si Gerald estuviera guiando el agua por un río mientras dibujaba.

De hecho, era tan fluido que Chace de