Al ver a Wes respirar hondo otra vez, Peter preguntó: “… ¿Un terrible grito? Además, ¿de cuántos cadáveres estamos hablando aquí?”.

“Habían... no eran tantos, para ser honesto... Alrededor de ocho de ellos, si mal no recuerdo... ¡Estaba demasiado aterrorizado por los terribles gritos que venían del patio trasero en ese entonces como para prestar la debida atención...!”, respondió Wes, quien claramente todavía estaba traumatizado por esa experiencia.

“… Entonces… ¿Después de eso, te caíste al pozo y simplemente te quedaste ahí hasta ahora…? ¿Eso es lo que pasó?”, preguntó Gerald mientras tanto él como Peter intercambiaban miradas.

Gerald creyó en las palabras de Wes ya que había usado su visión divina para detectar cualquier mentira. Resultó que todo lo que Wes había dicho era cierto.

“¡Así es, señor Crawford! Además, no mucho después de que caí al pozo, ¡comencé a escuchar gente corriendo hacia mí! Temiendo lo peor, ¡inmediatamente me sumergí más profundo en el pozo! ¡Asumo que