“Para nada”, respondió Gerald de manera casual.

Aunque Maia quería decir más para expresar su preocupación, simplemente no se atrevía a decir nada en absoluto. Después de todo, antes había despreciado a Gerald, ¡incluso afirmando que les daría más problemas en vez de ayudar!

Bueno, para ser más precisos, ella no lo había tratado en serio desde el momento en que se conocieron en la escuela secundaria. Incluso cuando finalmente se reunieron en el bar años después y después de que Maia descubriera que él era extremadamente rico en la Provincia Salford, ella nunca lo había tomado en serio en lo más mínimo.

Sin embargo, Maia no pudo evitar sentir que su corazón se aceleraba ahora que estaba de pie ante este extraño y nuevo Gerald. Honestamente, ahora sentía una gran admiración y respeto por él en lo profundo de su corazón.

Gerald apenas sintió la necesidad de lucirse frente a Maia. Después de todo, no necesitaba su admiración o respeto para satisfacer su vanidad.

Sacudiendo el pen