Capítulo 90

Lo que debió ser un día de Luz, de paz, de completo blanco está manchado por el rojo de la sangre y del dolor.

Zaira y Matías están muy heridos, los dos están débiles, Emma llora sin saber que hacer, sus lágrimas aún son dulces pero sus poderes no funcionan.

La reina siente de nuevo ese frío helado que se mete por su piel, esa presencia que parece desgarrar su interior.

Zaira abre los ojos mientras el médico intenta contener la hemorragia, ella estaba dispuesta a morir, quizás esa era la única manera de romper el destino que veía, pero también de acabar con el trato que hizo con Siren.

Sin embargo esa sombra oscura la observa desde la distancia, Siren se pasea por la habitación.

—¿Que haces aquí? —susurra Zaira.

—Esta alucinando —asume el médico que la trata, pues nadie puede ver a la loba vestida de negro que pasea.

Siren sopla, Zaira observa como el tiempo parece detenido, el médico y su enferma están inmóviles, parecen estatuas.

—Ahora podemos hablar, cumplí mi parte, A