Capítulo 546
La mirada en los ojos de Jay se oscureció. "Así que estaba escondida justo bajo mis narices".

"Sr. Presidente, parece que esa persona lo entiende bien”, dijo Tormenta.

Jay respondió: "Es por eso que pudo jugar trucos justo bajo mis narices".

Su voz era ligera, pero su tono era como si viniera directamente del infierno. Sonaba como si quisiera sofocar a su víctima.

Tormenta apretó el puño y rugió: “Sr. Presidente, ¡iré a sacar a esos gatos asustadizos de su escondite!".

Jay se calmó. “Ve al Anexo Sicomoro. Los niños se están quedando allí con sus abuelos. Sácalos de aquí esta noche".

"¿Sr. Presidente?". Tormenta no estaba dispuesto a dejar al presidente en este momento cuando necesitaba a alguien a su lado.

"Sé bueno”.

"Sí”. Tormenta bajó la cabeza y abandonó la Corte de Buque Fragante a regañadientes.

Jay estaba de pie junto a la ventana estrecha, su mirada atravesaba el oscuro cielo nocturno como si estuviera buscando una salida en la oscuridad. Buscaba un rayo de luz.

Anexo
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