Aunque Jay amaba a los niños, nunca los consentía. Especialmente cuando se trataba del bien y el mal, no complacería a los niños.

"¿Ustedes son todos mayores ahora, hm? ¿Así que se ausentaron de la escuela?".

Los adorables bebés se pararon ordenadamente frente a Jay, encogiéndose uno por uno hasta ser del tamaño de huevos de codorniz. Agacharon la cabeza, sin atreverse a enfrentar los ojos decepcionados de su Papi.

"¿De quién fue esta terrible idea?".

Los tres adorables bebés dieron un paso adelante de manera organizada.

Grayson estaba tan sorprendido por la comprensión tácita de los tres que sus ojos casi cayeron al suelo.

"Sr. Ares, los jóvenes amo y la señorita deben haber planeado una contramedida de antemano".

Jenson miró a Grayson con fiereza, por lo que este se calló de inmediato.

Temía que la mirada asesina del joven amo estuviera a la par con la de su presidente después de varios años más de cultivo.

Como era de esperar, ¡cada nueva generación sobresalía más