La matrona fue tomada bastante por sorpresa. Ella había esperado que el estado de ánimo de la señora fuera volátil después de pasar por una experiencia así y sería alguien difícil de complacer. No esperaba que Rose fuera una dama tan gentil y de voz tan suave.

La matrona sonrió. “¿Estás dispuesta a seguirme en los chequeos de habitaciones?”.

Rose la siguió felizmente.

Ella se puso la mascarilla una vez más, se puso el uniforme azul celeste y siguió a la matrona hasta las habitaciones.

La matrona pasó al frente y se presentó diciendo: “Los pacientes aquí suelen ser ingresados ​​porque tienen un mal pronóstico y casi han perdido las ganas de vivir. Sra. Loyle, si pudiera tratarlos con una sonrisa, tal vez puedan ganar algo de fuerza positiva de su parte para aguantar”.

Rose sonrió con calma.

“Si tengo la oportunidad, estoy dispuesta a ayudarlos”.

Mientras la matrona miraba los ojos claros e inocentes de Rose, finalmente entendió por qué el presidente hizo un esfuerzo adicional par