El corazón de Josephine se ablandó ante la expresión lastimera de Zayne. Tomando el ungüento, su rostro se sonrojó cuando lo aplicó sobre su trasero.

Zayne no pudo evitar reírse de las mejillas rojas como la remolacha de Josephine. “¿Por qué eres tan tímida? Sabes que nos mostraremos todo después de casarnos, ¿verdad?”.

Usando sus manos, ella cubrió el rostro de él.

“De acuerdo, de acuerdo. Me detendré”. Zayne dejó de bromear.

Pío, pío, pío.

El canto de los pájaros flotaba por el tranquilo parque.

Suspirando, Zayne levantó la cabeza para mirar el paisaje fuera de las ventanas. “El Chalet de Turmalina es hermoso. Qué lugar tan tranquilo y agradable. Yo diría que es todo un paraíso”.

Sin embargo, Josephine parecía incómoda cuando habló: “Tanto los hijos ilegítimos del Tío Jacob como los del Tío James se han convertido en adultos en estos pocos años. Todos los años aprovechan el cumpleaños del Viejo Gran Amo para darse a conocer al mundo usando todo tipo de tácticas”.

Haciendo una