Angeline frunció el ceño. Aunque amaba a su hija, había visto crecer a Finn junto al Señor Ares. Había empezado a considerarlo como parte de su familia después del tiempo que habían pasado juntos. Le dolía el corazón cuando pensaba en la dureza con la que Finn se trataba a sí mismo.

Le recordó a Bebé Zetty: “Bebé Zetty, Finn perdió a sus padres a una edad temprana. Finalmente se reunió contigo después de pasar por muchas dificultades. Debes brindarle un hogar cálido. Así podrás cumplir con los arrepentimientos que tiene en esta vida”.

Bebé Zetty asintió con la cabeza y dijo: “Entendido, Mami”

Angeline miró fijamente a Bebé Zetty, quien tenía una expresión tímida en su rostro. Sacudió la cabeza con exasperación. “Solo piensas en curar a tus pacientes. ¿Tienes tiempo para pensar en Finn? Debes cocinar algunos platos y comprarle ropa. También debes sorprenderlo en su cumpleaños”.

Bebé Zetty pensó en sus interacciones con Finn últimamente. Parecía que Finn era el único que le preparab