“Jens”. Bebé Robbie se dirigió a la cama de Jens y se sentó en la silla que había al lado de su cama. Entonces lanzó una mirada cálida a Jens y dijo en tono lamentable: “Siempre has mostrado a todos tu lado más fuerte. Es la primera vez que te veo en un estado tan débil. Jens, si consigo descubrir al culpable que conspiró contra ti, definitivamente no lo dejaré ir fácilmente”.

Jens le mostró una sonrisa genuina mientras decía: “Bebé Robbie, soy diferente a ti. Soy el heredero del Gran Imperio de Asia. Tengo muchas responsabilidades. Desde luego, me interpongo en el camino de los objetivos financieros de mucha gente. Ya que no pueden detenerme, intentarán emplear a los expertos en magia negra para deshacerse de mí”.

“Jens, debe ser duro para ti”. Bebé Robbie se sentía extremadamente culpable. “Todo es culpa mía. No sé nada sobre la gestión de las finanzas. No puedo ayudarte en nada”.

Jens dijo: “No te sientas culpable. Tú y yo somos hábiles en cosas diferentes. Estás destinado a prot