Tempestad se quedó de repente perplejo. “¿Por qué Trece puede entrar y nosotros no? Somos hombres grandes. No es posible que seamos peores que ella para soportar el frío, ¿no es así?”.

Esta frase hizo que Grayson y Tormenta sospecharan también de Trece.

Entonces, Grayson se dijo a sí mismo: “¿Tal vez el frío no tiene efecto en Trece?”.

Mientras varias personas discutían, Trece salió.

Grayson dio un paso adelante y tiró de Trece para preguntarle: “¿Qué viste cuando entraste, Trece?”.

Ella respondió: “No puedo decírtelo”.

Después, se fue tranquilamente.

Grayson estaba furioso.

“¿Está en guardia contra nosotros? Esa tontita es desleal”.

En el camino de vuelta, Grayson y los demás se toparon con unos aldeanos extraños.

Uno era ciego, el otro era sordo, y el último había perdido la lengua… Los tres parecían de la misma edad y apariencia, por lo que debían ser hermanos.

El meticuloso Tempestad sospechó de inmediato. “Nunca he escuchado que haya tres hermanos que hayan perdido los