Andy: “...”.

“¿De qué agujero de perro estás hablando? Somos seres humanos, así que entraremos caminando con la cabeza en alto”, dijo Andy con valentía.

Robbie la miró sin palabras. “Si estás pensando en ir contra cientos, adelante. Pero yo estoy buscando un agujero. Puedes entrar caminando como quieras”.

Al decir esto, Robbie fue a buscar un agujero.

Andy se aferró a él y apuntó con su barbilla hacia los guardias que patrullaban. “Vamos a deshacernos de ellos primero, Robbie. Luego, nos pondremos su ropa. ¿Qué te parece ser un patrullero?”.

Robbie miró el agujero que tenía delante y que había cavado hace unos días, y luego a los dos patrulleros. Después de pensarlo, dijo: “Prefiero el agujero del perro”.

Realmente no le gustaban las peleas.

Andy estaba increíblemente furiosa. “¿Por qué insistes tanto en ir por el agujero? No puedes bajar por ese agujero”.

Robbie razonó con ella. “Dos, si pasamos por este agujero, podemos ir directamente a la habitación de Trece. Si no pasamo