Zayne sonrió ampliamente. “No habría estado dispuesto a aceptarlo aunque tú lo estuvieras. Angeline no se encuentra con buena salud. Quizá los demás no lo entiendan, pero yo sé mejor que nadie que después de perder un solo órgano, una persona ya no puede llevar una vida normal. ¿Cómo tendría el corazón para dejar que Angeline experimente mi dolor?”.

Jay dijo: “No te preocupes, Zayne. Encontraré la manera de ayudarte a encontrar un riñón adecuado”.

Zayne sonrió con amargura. “No le tengo miedo a la muerte, Hermano Mayor. Josie ya no me presta atención estos días y he vivido mis días en modo piloto. Cada día, cuando abro los ojos, solo hay un pensamiento en mi mente, que es que tengo que expiar y ganarme el perdón de Josie. En cuanto a mi cuerpo, hace tiempo que lo abandoné”.

Jay dijo: “Todavía hay esperanza para ti y Josie”.

Sin embargo, Zayne mostró de repente una expresión de pánico y dijo: “Mírame, Jay. ¿Todavía puedo hacer feliz a Josie en este estado? No hay necesidad de arrast