Jay se acercó al lado de Zayne y le dio una patada antes de decir: “Te he tolerado durante mucho tiempo. Antes solía tener en cuenta los sentimientos de Angeline. Pero ahora que ella no está a mi lado, te trataré como yo quiera”.

Zayne se quedó atónito mientras chillaba: “¿Lo dices en serio?”.

Jay se acercó para pisotear también a Cole y gruñó: “¡Y tú! ¿Cómo te atreves a desear a mi esposa? Estaré libre de preocupaciones cuando los deje morir a todos ustedes aquí”.

Las hermosas pupilas de Cole miraban a Jay, llenas de dudas. Él sabía que debía haber una razón para que Jay se volviera contra ellos tan repentinamente, pero él no podía adivinar por qué el Señor Ares estaba haciendo esto.

Después de que Jay descargara su ira, él recogió todas sus cosas esenciales y se marchó.

Zayne maldijo a la espalda de Jay: “¡No eres humano, Ares! ¿Cómo puedes abandonar a tus camaradas?”.

Cole siguió reflexionando sobre ello. Cuando Jay lo pateó hace un momento, él le había lanzado una mirada sign