“Si ese es el caso, no debes apresurarte a regresar mañana. Toma un buen descanso. No es necesario que te preocupes por mí”, dijo Angeline.

“¿Angeline, te estás acostumbrando a no tenerme a tu lado?”.

Angeline no quería aumentar su preocupación, así que dijo: “Zayne y Josie están aquí conmigo, así que la estoy pasando bien”.

Jay estaba un poco más tranquilo.

“Eso es bueno. Cof, cof…”

“Que tengas un buen descanso, cariño. Ya no te molestaré”.

“Angeline, ¿puedes quedarte un rato más?”, Jay suplicó como si fuera un niño.

Bebé Robbie salió sigilosamente y le cerró la puerta a Papi, dejando un espacio tranquilo para sus padres.

Jay y Angeline se acostaron en la cama y charlaron por teléfono. Después de un rato, el tono de Angeline cambió de un estado apasionado a una respuesta ocasional que conllevaba una aturdida sensación de consternación. Jay supuso que se había quedado dormida y dejó el teléfono en silencio.

Jay se sintió particularmente atormentado esa noche. El tormento de su