Empujó a Judy y dijo algo impaciente: “Judy, no deberías tocar a un hombre con tanta libertad. Espero que no haya una próxima vez”.

Cuando Chloe vio a Jay, murmuró con una expresión fría: “Pensé que nunca te volvería a ver en esta vida”.

Jay estaba aturdido mientras se quedaba quieto. Estaba un poco perdido.

Chloe tomó la iniciativa de calmar los ánimos. “Mamá solo te está tomando el pelo. Ven aquí, no te he visto en unos días y te has vuelto aún más demacrado que antes”.

Jay respondió cortésmente: “Estoy bien”.

En ese momento dentro del Hospital Gran Asia.

Después de ingresar al hospital con el bebé en brazos, Angeline siguió el procedimiento para registrar al niño y esperó fuera de la sala de consulta.

Cuando fue su turno, Angeline llevó al bebé adentro. Tan pronto como el médico vio a Angeline, sus ojos se llenaron de grandes dudas.

Angeline, que había sido devastada por su grave enfermedad, ahora había perdido decenas de libras. Aunque su peso se estaba recuperando lentamen