Capítulo 1001
Como si estuviera recitando un libro de texto, Marilyn siempre fue capaz de responder con gran precisión. No omitió ni un solo detalle. “Cariño, hace tres años, tomaste dinero prestado de un usurero y te persiguieron para que pagaras tu deuda. Cuando tú y Tempestad intentaron escapar en coche, tus deudores los empujaron a los dos por un precipicio”.

Había una expresión apagada y sombría en el rostro de Jay. No podía pensar en ninguna razón por la que quisiera pedir prestado a un usurero.

Odiaba a los holgazanes que se beneficiaban hasta la médula de los trabajos de otros. ¿Cómo podía tener algo que ver con ellos?

“¿Por qué le pedí prestado a un usurero?”, preguntó Jay con el ceño fruncido.

“¿Quién sabe lo que hacías ahí fuera? Hace unos años, trabajabas afuera y solo volvías a casa una vez al año. Cada vez que volvías a casa, te vestías decentemente. Pensé que eras solo un hombre honesto haciendo un negocio honesto. No pensé que habrías contactado a esos rufianes por dinero”.

Jay
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