Jay miró la muñeca que tenía en la mano con una cara amargada. Luego, echó un vistazo a la habitación de la pequeñita. Cuando Zetty entró en la habitación, dio un fuerte portazo que retumbó en toda la casa. Era evidente para todos que estaba de muy mal humor.

A Jay le pareció que el temperamento de la pequeñita era extraño e incomprensible. Tenía la impresión de que ella había nacido así y que no tenía nada que ver con él.

Su estado de ánimo se mejoró con su autocomplacencia.

Dentro del dormitorio, Zetty se escondió bajo la manta y derramó lágrimas en silencio. Rose observó a la pequeña figura que se sentía desesperadamente triste y sintió que no podía seguir ignorando la salud psicológica de Zetty solo porque quería quedarse con ella.

"Bebé Zetty, ¿quieres que te saque a pasear a ti también?", Rose se sentó junto a Bebé Zetty, con una voz suave y tranquilizadora.

Zetty levantó su cara mojada de haber llorado tanto y asintió. Su voz suave y bonita estaba llena de dolor y duda. "Ma