Capítulo 129
El cuerpecito de Robbie tembló. Cuando Jay abrió la puerta de la fortaleza, vio a Robbie mirándolo con un rostro pálido y espantoso.

"¡Bebé Robbie!". El corazón de Jay se enfrió cuando vio la cara de Robbie. Corrió hacia adelante y abrazó a Robbie con fuerza.

El ojo del elefante y su voz espeluznante desaparecieron sin dejar rastro.

"Lo siento, Papá. No volveré a hacer eso nunca más", dijo Robbie en voz baja, rogando por el perdón de su padre. Las lágrimas salieron por sus ojos.

Jay abrazó a Robbie con fuerza y le dio unas suaves palmaditas en la espalda. Él se sentía extremadamente culpable en ese momento. "Todo es culpa de Papá. Papá no debió haberte castigado de esta manera. Aún eres demasiado pequeño".

Jay notó que la habitación ya estaba limpia, y los pedazos rotos de porcelana ya estaban en un rincón. De repente se odió a sí mismo.

¿Cómo se atrevió a culpar a su debilidad más vulnerable que era su hijito inocente?

"Bebé Robbie, Papi solo espera que puedas ser un bue
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