"B-Buenos días, señor".Clayton fulmina con la mirada al hombre que acaba de entrar en su despacho, perturbando su entrenamiento matutino."Ya conoces las reglas, Fred. Las mañanas son para mi entrenamiento", dice Clayton con frialdad, dejándose caer de la barra de dominadas y recuperando el aliento."Pero es la Luna, insiste en verte, AHORA".Los ojos de Clayton se abren de par en par, su corazón ya acelerado late aún más rápido.¿Qué podría querer Leila? ¿El Alfa la confrontó con los papeles del divorcio?Pero si es así, el Alfa sería el que irrumpiría en su despacho porque Leila le habría dicho que no le había dado el documento.Sus cejas se juntan en un profundo ceño fruncido, entrecerrando los ojos en la distancia mientras coge una toalla y se dirige a su escritorio."Hazla pasar", ordena al hombre, que sale rápidamente.¿Ha venido Leila a chantajearle con lo que hizo ayer? Ella dijo que no lo haría, él fue un tonto al confiar en sus palabras, alguien que traicionó a su p
A pesar de la amargura que se agita en el corazón de Leila, pone una plácida sonrisa en su rostro."Bueno, siempre has sido excelente en todo. Continúen", responde Leila, dándose la vuelta para marcharse.Carmela no es ni la mitad de cocinera que ella, pero de pequeña, Carmela se montaba un berrinche y se pasaba días sin hablar con Leila si esta la superaba en cualquier cosa, ya fueran los deportes, la cocina o incluso los estudios.A Leila la habían educado para ser humilde, para que no le importaran mucho los elogios y para que antepusiera a los demás, así que se esforzaba deliberadamente, a veces incluso ayudando en secreto a Carmela para que esta llegara a la cima.Mientras su mejor amiga fuera feliz, Leila era feliz, nada más importaba."Oh, no te vayas, esperaba que pudiéramos desayunar juntas, los tres". Carmela retiene a Leila, mirando a Tatum."Tengo que hacer algunos recados más, me uniré para la cena tal vez", responde Leila, cogiendo suavemente la mano de Carmela que
Leila observa con incredulidad el resultado de su prueba y sus oídos zumban de repente cuando la voz de Amanda le llega como si estuviera saliendo del agua… “Enhorabuena, Luna. El heredero de la manada Roble de Sangre tiene cinco semanas. En perfectas condiciones. Vas a ser mamá”. Lo único que se le pasa por la cabeza a Leila es: ‘menos mal que su ginecóloga también es su mejor amiga, si no, no tendría ni siquiera la oportunidad de mantenerlo en secreto’. Tiene que mantenerlo en secreto, al menos hasta que lo tenga todo bajo control. ¿Cómo puede estar embarazada? El Alfa no quiere que lo esté y ha tomado todas las precauciones posibles. Entonces, ¿cómo puede estar embarazada? Leila ni siquiera puede precisar con exactitud qué momento salió mal porque últimamente ha ocurrido muchas más veces de lo habitual. Pero eso ya no importa. La pregunta que Leila necesita responder ahora es: qué decirle a Alfa Tatum. ¿Siquiera le dirá? Si se ocupa ella misma del aborto, él no tiene po
Los doctores no encontraron nada malo en Carmela, salvo algunos moratones, pero Tatum insistió en que la hospitalizaran para que recibiera los mejores cuidados con un chequeo corporal completo. Leila pasa todo el tiempo que puede visitando a Carmela.Los rumores sobre ella se han hecho más fuertes que nunca ahora que Carmela ha regresado, y todo el mundo se pregunta cuándo hará Alfa Tatum de Carmela su Luna.La pregunta no es si lo hará, sino cuándo lo hará. Todos en la manada están seguros de ello. En cuanto a Leila, ella finge no oír esos cotilleos e intenta no pensar en ello. Solo está contenta de que su mejor amiga, que la salvó hace mucho tiempo, haya vuelto, pero la felicidad no es plena. Leila conoce la verdad en su corazón y es el dolor que viene con ella lo que la hace seguir viviendo en la negación.Alfa Tatum ha pasado incansablemente los últimos dos años buscando a su amor perdido y ahora que la encontró, es solo cuestión de tiempo que ella reciba el golpe del rechaz
Sin embargo, no dice nada y simplemente se da la vuelta. No va a permitir que estas amargadas se interpongan entre ella y su mejor amiga. Son amigas de Carmela y se meten con ella a propósito porque Carmela se sacrificó por ella.No puede defenderse.Mientras se dirige al baño a buscar un trapeador, Edna grita detrás de ella: “¡¿A quién le estás dejando este desastre?! Primero recoge los fragmentos. Podría lastimar a alguien, ¡caray!”.Leila asiente y se arrodilla para recoger los más grandes con sus manos temblorosas. Justo en ese momento, la puerta se abre tras un breve golpe. Leila levanta la vista con los fragmentos ahuecados en la palma de la mano, sólo para encontrarse con los fríos ojos del Alfa.“¿Qué estás haciendo?”. Se da cuenta de la presencia de Leila y frunce el ceño al instante.“¡Alfa!”.Carmela salta de la cama y corre hacia el Alfa, rodeando su cuello con los brazos como cuando eran niños. “¿Puedo por favor, por favor salir del hospital ahora? Por favooooor”.S
Leila da vueltas en la cama sobre las sábanas blancas de su mullido colchón y sus ojos rojos e hinchados se posan en la lámpara de araña que baila al son del fuerte viento que entra por la ventana abierta. Sonríe amargamente al adorno que se balancea sobre ella, pues le recuerda a sí misma. Ella no tiene el control y solo baila al son de la terrible música que toca su miserable vida. Hace dos años, era una chica normal y corriente que esperaba encontrar a su pareja predestinada, vivir una vida sencilla con él y criar hijos hermosos, pero la vida la tiene ahora como una Luna odiada y una esposa despechada. Tatum prometió volver a casa después de dejar a Carmela, pero han pasado horas y él sigue con ella, probablemente recordando el amor que solían compartir antes de que Carmela desapareciera. Parpadea y se le salen las lágrimas mientras se le oprime el pecho de dolor al pensarlo. No son pareja. Lo había olvidado. No debería haber dejado que su bondad la empañara. Fue su úl
Tatum está sentado en la cama de Carmela en la oscuridad, con ella sobre sus piernas y su cabeza descansando tranquilamente sobre su pecho, con uno de sus brazos alrededor de su cintura mientras el otro recorre lentamente su pelo arriba y abajo.Como su actual Luna y portadora de su marca, el enlace mental le da a Leila acceso a todos los sentidos físicos de Tatum, pero lo que ve en su visión le paraliza el corazón, obligándola a que las lágrimas que ha estado conteniendo corran por la comisura de sus ojos.Cualquier esperanza que tuviera de significar algo para él se hace añicos al instante y un dolor insoportable la atraviesa.Una sonrisa de dolor se curva en los labios de Leila y está a punto de cortar el enlace mental cuando la voz de Tatum irrumpe en su cabeza.‘¿Qué pasa?’.La frialdad de su voz la hiere aún más que la imagen de su visión. Es como si este hombre no sintiera absolutamente nada más que irritación hacia ella desde que Carmela regresó.Antes de que Leila pueda
El rico olor a café y leche llega a las fosas nasales de Leila y su mirada hosca se desplaza de la taza al rostro apuesto de él, pero no le responde sin saber cómo debería sentirse. Los dedos de Tatum le rozan un poco el brazo cuando se aleja, pero su mero contacto le produce un cosquilleo de placer por todo el cuerpo.Traerle el café todas las mañanas a la cama era su rutina habitual, algo a lo que ella se había acostumbrado, pero ¿por qué seguir trayéndole el café esta mañana cuando había pasado la noche en los brazos de su amor?¿Pensó él siquiera remotamente en cómo debía sentirse ella ayer cuando tomó esa decisión? ¿Eran sus sentimientos algo que le importaba o era solo un objeto del que se apiadaba y con el que se divertía mientras buscaba a su verdadera pareja?“Tierra a Leila”. Tatum chasquea el dedo y su voz la devuelve a la realidad.Leila traga saliva. Siente que el corazón le palpita con nerviosismo, así que deja la taza sobre la mesilla de noche.Es ahora o nunca.Si