“Tal vez no quieras enojar al gemelo de Zaia, King. ¿Pensé que ella estaba agotada?”, le recuerda Atticus.

Parece que las tornas han cambiado.

Sebastián lo fulmina con la mirada. Atticus le devuelve la mirada antes de que ambos se den vuelta y me fulminen con la mirada. Resisto la tentación de poner los ojos en blanco y sacar un cigarrillo. Este va a ser un día muy largo…

-

Las mujeres regresan poco después y Zaia sonríe, mirándonos a los tres. Atticus camina de un lado a otro delante de las puertas francesas, Sebastián está sentado en el sofá, trabajando en su computadora portátil y yo estoy de regreso en mi lugar contra la pared.

“Me alegra que ustedes tres se lleven bien, es hermoso ver eso”, dice ella mientras Valerie entra detrás de ella, una sonrisa en su hermoso rostro.

Ella está delirando si cree que nos llevamos bien.

“Sí, estoy sorprendida”, agrega Valerie, mirando a Sebastián. Ella se acerca a mí mientras Zaia se acerca a Sebastián.

‘Entonces, ¿todo bien sin mí?’, preg