Una sacudida de placer me recorre el cuerpo cuando él pasa el cañón frío de la pistola por la parte interna de mi muslo.

Hay algo malo conmigo…

Veo que sus fosas nasales se dilatan ligeramente mientras observa los profundos rasguños en mis muslos donde el atacante me había agarrado al intentar separar mis piernas. Mi corazón retumba cuando él roza los rasguños con sus nudillos, enviando chispas que me recorren el cuerpo.

Y luego él se detiene, retrocede de repente y camina hacia el hombre que todavía está cautivo por su poder. El zarcillo azul se envuelve aún más fuerte alrededor de su garganta.

El hombre intenta decir algo, ahogándose mientras lucha contra sus ataduras.

"Cierra los ojos, parejita", ordena Zade en voz baja mientras levanta su arma.

¿Qué? ¿Lo va a matar?

No, él…

Antes de que pueda detenerlo, él aprieta el gatillo y desearía haber obedecido su orden cuando veo la bala impactar el muslo del hombre. La pistola tiene un silenciador, pero incluso entonces, el sonido