Capítulo 37

Mika visita el lago y se sienta en la orilla, contemplando el atardecer, mirando el reflejo del solo naranja d la puesta sobre el agua. La angustia la invade sin quererlo, el recuerdo de la sensación dolorosa de conectarse a Anika le detiene a hacerlo de nuevo. Joseph se acomoda a su lado y contempla la vista con ella, - no tienes que hacerlo, siempre hay opciones -, le susurra, Mika respira profundo y encoge sus hombres, - mis opciones son limitadas -, dice decepcionada. Joseph besa su hombro y acaricia su cabello, - ¿si existiera una opción diferente la tomarías? -, le pregunta, Mika le mira fijamente, - tal vez, pero es probable que elija ayudar a mis amigos -, se ríe.

Mika se pone de pie y sacude su ropa y da la vuelta, - debemos irnos ya, me esperan en el laboratorio -, pero no escucha los pasos de Joseph tras ella, cuando vuelve hacia él, se encuentra arrodillado con la mano estirada ofreciéndole un pequeño anillo, - lo que te dije es verdad, se mi esposa, escapemos