Harvey pasó unos segundos jugando con su reloj, antes de finalmente mirar a Queenie y decir: "Vienes a verme tan abiertamente. ¿No tienes miedo de que Quinton se entere y te mate?".

"¿Tendría el corazón para matar a una hermanita tan linda?". Queenie sonrió dulcemente.

"¿Linda?". Harvey sonrió burlonamente. La mujer que tenía enfrente podía describirse como muchas cosas. Manipuladora, una mujer fatal, una belleza fría, peligrosamente coqueta... Bonita no era una de ellas. “Bonita” no le sentaba, en absoluto.

Aún así, Harvey no podía negar su belleza. Sin embargo, sabía que no era más que un arma para asesinar.

Un arma tan poderosa que podía dañar al país y a su gente.

"Si no te parezco guapa, ¿por qué me llevaste a los York, entonces?", preguntó Queenie con calma, recordando su pasado.

"Solo tenía ocho años cuando te traje. ¿Cómo iba a prever que la niña de tres años que encontré en el arcén intentaría matarme, diez años después?", respondió Harvey de forma indiferente.

"Por sup