Harvey parecía extrañado.

Había venido a Flutwell hace mucho tiempo, pero nunca había tenido la oportunidad de ver a Samuel.

Sin embargo, Harold llamó a Harvey solo para este propósito.

Harvey entrecerró sus ojos mientras miraba fijamente la villa. Entonces, aparecieron unas cuantas personas.

Una de ellas era nada menos que el tan esperado amo de Longmen y de la familia Bauer, Samuel Bauer.

Harvey frunció el ceño.

“¿El amo de Longmen está realmente enfermo?”.

“Sí tiene algunas complicaciones de salud, pero no es tan grave como la gente piensa. No morirá de ello”, respondió Harold con calma.

“Los rumores de que fallecería pronto se habían extendido porque quería ver cuál de los jóvenes amos de la familia es más adecuado para ocupar su puesto”.

“Entonces, ¿es un despiste?”. Harvey sonrió débilmente.

El rostro de Harold palideció ligeramente ante esas palabras.

“Solo es normal en familias grandes como la nuestra, ¿verdad?”.

“Solo la gente verdaderamente poderosa puede evitar