Harvey York sopló el humo del cañón de la pistola antes de mirar a Pedro Benett.

“Los expertos que preparaste no son exactamente lo suficientemente buenos de todos modos”.

“¿Y bien? ¿Por qué no reconsideras mis condiciones mejor?”.

“Mientras siga de buen humor...”.

Los ojos de Pedro se agitaron antes de mirar instintivamente a la gente del Palacio Dorado.

Un hombre bajo y corpulento salió lentamente con una mirada severa.

A pesar de su aspecto, era increíblemente ágil.

Naturalmente, era mucho más fuerte en comparación con el Superior Lee.

“¡Soy Hudson Ward del Palacio Dorado!”.

Hudson miró a Harvey con frialdad.

“Eres muy bueno. Debes ser todo un pez gordo. Si es así, deberías saber mi nombre”.

“No realmente”, respondió Harvey.

“Tú...”.

Hudson cambió de expresión al instante. Se sintió muy avergonzado mientras apretaba los dientes.

“Sin importar qué, ya que pusiste tus manos sobre alguien del Palacio Dorado, tú...”.

¡Bam!

Antes de que Hudson pudiera terminar su frase, H