“¿Ah sí?”.

Harvey York miró tranquilamente a Danny Burton con indiferencia.

“¿Cómo piensas pelear contra mí entonces?”.

Danny soltó una risita despiadada.

“Antes de hacerlo, déjame presentarme primero”.

“Soy Danny Burton. Vengo del Templo Celestial”.

Harvey frunció el ceño.

“Lo sé”.

“¡No, no lo sabes!”.

Danny se rio aún más.

“¡No solo soy del Templo Celestial, sino que además mi padre fue quien inventó el Elixir de Vida!”.

“¡Antes de morir, le entregó la fórmula al Templo Celestial, pero a mí solo me dio el antídoto!”.

“¡En pocas palabras, solo yo sé cómo salvar a Amber Levine y a los demás! ¡Si no admites la derrota ahora mismo, esos tres definitivamente están muertos!”.

“¿No amas a tu país, Harvey?”.

“¿No eres cercano a esos tres?”.

“¡Vamos! ¡Ríndete ya!”.

“¿De dónde sacaste la confianza de que puedes amenazarme con el antídoto?”.

“Incluso si soy realmente estúpido, no hay forma de que pierda la guerra por esos tres jóvenes talentos ahora, ¿verdad?”.

“¡Lo harás!”, r