Un anciano de unos cincuenta años se acercó con los brazos cruzados.

El hombre era el jefe de la familia John, Gavin John.

Él era el padre de Elliot, y también el hermano del mayor talento del Palacio Dorado.

“Ansel no significa nada”.

“Aunque sea un Dios de la Guerra, no es rival para el Palacio Dorado”.

“¡Sin embargo, no se puede jugar con el Jefe Instructor!”.

“No vamos a hablar de la batalla euro-americana, sino de la de después: la Primera Guerra Mundial en Oriente Medio”.

“A causa del Jefe Instructor, los Dioses de la Guerra de otros países no se atrevieron a pisar las fronteras del País H. Solo esto debería bastar para demostrar lo temible que es ese hombre”.

“Antes de asegurarse de la relación de la familia Torres con ese hombre...”.

“No será prudente ir contra ellos en este momento”.

“Deja que Ansel proteja a Harvey como le plazca”.

“¿Por qué ir en contra de un hombre con tanto apoyo para alguien a quien ni siquiera conoces?”.

Gavin miró a Elliot con amargura.

“La