Harvey se encogió de hombros con indiferencia.

“Esta bebida cuesta al menos unos cientos de dólares. No puedo simplemente tirarla, ¿verdad?”.

“¿Qué? ¡Esto no se trata de la champaña!”.

Julian estaba a punto de toser sangre.

“¡Acabo de recibir noticias!”.

“¡La Abuela York ya dio la orden de echarte de aquí anoche! ¡Nunca podrás volver!”.

“¡Aún faltan doce horas para el límite de tiempo!”.

“Si no sales de aquí para entonces...”.

La cara de Julian era horrible.

La curiosidad de Harvey aumentó.

“¿Qué pasaría?”.

“¡Navaja!”.

“¡Si no sales de aquí para entonces, Navaja, el mejor subordinado de la Abuela York, del que se rumorea que es mucho más poderoso que el Señor York, vendrá por ti!”.

“¡Si no sales de aquí, alguien más te enviará!”.

“¡A tu muerte, por supuesto...!”.

“¿Navaja?”.

Harvey se rio entre dientes antes de darle una palmadita en el hombro a Julian.

“Envía un mensaje en mi lugar”.

“Dile a Navaja que se dé prisa si planea asesinarme”.

“Tengo otras cosas que ocupa