Aunque Akio era el Santo de la Espada del Camino Shindan, un dios de la guerra de la Nación Insular, el Médico Imperial y el maestro de la unidad del hombre y la naturaleza...

Sabía sus propios límites.

Sabía exactamente cuándo ceder ante las circunstancias.

Se preparó para muchos planes e incluso trajo a sus propios discípulos, los Hijos de Raiden.

A pesar de eso, todos fueron enviados a volar con una sola bofetada...

Bajo estas terribles chances, Akio nunca iría contra Harvey a menos que fuera realmente valiente.

Por eso, después de abofetear “justamente” a su subordinado y enviarlo volando al mar, Akio escapó sin dudarlo.

También tenía mucha experiencia en huir. Aunque estaba en el mar, eso no disminuyó su velocidad en lo más mínimo. En un abrir y cerrar de ojos, ya se estaba acercando a la orilla.

Luego, Harvey observó a los isleños que quedaban en el yate con una mirada tranquila.

Nadie se movía por la conmoción y el miedo, parecían como si sus creencias se hubieran derru