“¡Si digo que algo está mal, entonces hay algo mal con él!”.

“¡Si digo que está lisiado, entonces esa es la única verdad!”.

“¡Soy la dueña de este lugar ahora! ¡Yo tomo las decisiones aquí!”.

Kim Moreno caminó hacia adelante atrevidamente. Cuando vio al anciano en la olla con un rostro sonrosado, el rostro de ella cambió ligeramente.

No esperaba que el veneno en el cuerpo de Dean Cobb pareciera haber sido eliminado por completo.

¿El estafador realmente tenía alguna habilidad?

Sin pensarlo dos veces, la mirada de Kim se llenó de intenciones asesinas.

Podía aceptar que Dean estuviera lisiado. De esa manera, encajaría bien con sus intereses.

Pero nunca podría permitir que se recuperara. ¡Si eso sucediera, significaría la muerte para ella!

Dean recuperaría el control total sobre Nanyang una vez más.

La familia Moreno nunca aceptaría eso.

"¡Detente!".

Después de ver a Kim a punto de apretar el gatillo, Harvey York instantáneamente abofeteó a un guardaespaldas de la familia Moren