Yona asintió bruscamente como un saludo a todos. Su mirada indiferente se fijó en Hailey y Anna.

"¿Por qué? ¿Acaso parecía una chica de mandados?”.

Su voz no era muy alta, pero tanto el cuerpo de Hailey como el de Anna instantáneamente perdieron sus fuerzas por el miedo. Casi se caen al suelo.

“N-no, no, no…”.

“¡Nosotras somos las que hacemos los mandados! ¡Nosotras!".

Hailey respondió con una expresión llena de preocupación.

Anna también estaba temblando. “Señorita Lynch, es nuestra culpa. La ofendimos. ¡Por favor, perdónenos!".

Yona la miró levemente y la ignoró. Luego se dio la vuelta y colocó los palillos para Harvey. Ella sonrió y dijo: “Joven Amo York, estas empanadas chinas Gaozu saben mejor acompañadas con la soya de la Ciudad del Sur. He preparado uno para usted”.

“Pruebe a ver si es de su gusto. Si no, lo cambiaremos”.

Después de eso, Yona le sirvió respetuosamente a Harvey una taza de leche de soya.

“Esto…”.

Los ojos de todos temblaron mientras veían esta escena d