Unas treinta personas salieron de los coches por ambos lados y se dirigieron hacia Harvey.

Todos eran altos y fuertes, con un aspecto claramente occidental. Cada uno parecía capaz de enfrentarse a diez hombres a la vez, con un aura muy imponente y aterradora.

Llevaban bastones eléctricos hechos para la policía, y sus expresiones eran tan frías como el hielo.

Después de estacionarse tranquilamente y cerrar su coche, Harvey se bajó y analizó a los hombres con calma.

King Cook salió de entre la multitud de hombres y observó a Harvey con una risa gélida.

"¡Chico, tienes agallas!".

"¡¿Te atreves a salir del coche incluso después de vernos?!".

Harvey respondió con calma: "Váyanse de aquí ahora mismo mientras todavía estoy de buen humor. Si interrumpes el descanso de mi mujer, te romperé todos los huesos".

"¡Jajaja...!".

King y sus hombres rieron a carcajadas.

"Ya he tenido suficiente de tus tonterías. ¡Vayan a romperle las extremidades a este hombre!".

Con la risa seca de King,