Sofía entendió ese razonamiento—¿Has averiguado qué le ha pasado? ¿Ha estado por el Grupo César estos dos días?—No—respondió Francisco.Sofía estaba segura de que a Julio le había pasado algo.Pero si realmente había algo, ¿por qué le mintieron Alejandro y el viejo César? ¿Tenían miedo de que ella lo filtrara a otras personas? No tenía tiempo para pensar en eso.Sofía terminó su llamada con Francisco e inmediatamente fue a reservar un boleto de avión a Guadalajara. Pero ya era tarde; el siguiente vuelo era en la mañana. Se sentía muy inquieta.Al día siguiente, Sofía y Bruno se tomaron el día libre.Aunque ella sabía que no estaba bien que estuviera ausente otro día más, cuando hacía algún tiempo que no iba a trabajar, tenía suerte de estar en el departamento de ventas y acababa de conseguir otro cliente. Tenía más libertad en ese sentido.Sofía subió al avión con destino a Guadalajara.De camino, tuvo un sueño. Una pesadilla, en realidad. Que La persiguió incluso después de desperta
El viejo César sintió un conflicto al oír lo que ella decía.Tras su divorcio, le preocupaba que Julio y Sofía siguieran caminos separados.Después, vio cómo Julio empezaba a preocuparse por Sofía y ahora hasta Sofía se preocupaba por él.El viejo César no pudo evitar alegrarse un poco al ver que el sentimiento de amor al parecer no había desparecido del todo.Tristemente, no sabían si Julio estaba aún con vidaFue una noticia cruel para Sofía.Sofía se inquietó aún más al ver lo callado que estaba.—¿Qué le ha pasado a Julio, abuelo?Ante sus insistentes preguntas, el viejo César se derrumbó y le contó lo sucedido.La noche en que Sofía había llamado a Julio, éste no había contestado porque no tenía como hacerlo.Esa noche, poco después de salir de la vieja mansión, se dio cuenta de que le seguían.Al parecer tenía un implacable acosador siguiéndole.Después, no se sabe que paso, pero el carro de Julio fue encontrado en el fondo de un acantilado.Nadie sabía lo que había ocurrido entr
—El viento es cada vez más fuerte, quizás se aproxime una tempestad, señorita Sofía. Vámonos mejor temprano. Hay gente buscándole ahí abajo—Dijo Alejandro. Sabía lo importante que era Sofía para Julio así que no podía dejar que le pasara nada, y menos ahora. O no se podría imaginar lo que pasaría si Julio sobrevivía y volvía y se encontraba con que a Sofía le había pasado algo.Sofía no tenía intención de marcharse, se volvió hacia él y le dijo—Alejandro, ¿podrías ayudarme a conseguir un poncho para la lluvia?—Señorita Sofía, ¿estás pensando en...—No podría dejarlo atrás—. Aunque mucha gente lo buscaba, Sofía seguía queriendo hacerlo personalmente¿Y si se estaban descuidando en la búsqueda? ¿Y si se les escapaba alguna pista que Julio hubiera intencionalmente dejado?Alejandro quiso detenerla, pero apareció Jaime: —Prepárala para bajar. No tenemos motivos para detenerla si quiere sacrificarse por Julio, que así sea.—Señor Jaime...—Qué pena que no le apreciara cuando aún estaba po
Lo que dijo Jaime tenía sentido.Sofía le entendía, pero no tenía ni idea de qué más podía hacer. Sólo podía intentarlo.¿Y si...? ¿Y si Julio no hubiera seguido el camino previsible y se hubiera acercado sigilosamente a tierra aprovechando la oscuridad de la noche? Cuando Jaime la vio seguir buscando, le lanzo algunos improperios y se marchó.Pero antes de llegar lejos, dio media vuelta.—¿Por cierto, María... está bien?Había perdido todo contacto con ella una vez que se trasladó al DF. Inicialmente, había planeado mudarse allí como Julio, pero no esperaba que esto sucediera.—Está bastante bien—respondió Sofía.Al menos, María le estaba yendo muy bien.La decepción brilló en los ojos de Jaime, que no podía aceptar que a María le fuera bien sin él. Cuando se trataba de María, a Sofía no le importaba decirle más a Jaime.Se levantó mirando al hombre sumido en silencio que tenía delante.—¿Acaso no has desistido ya de esa idea?—¿Por qué iba a renunciar? Es mi mujer y siempre lo será—
En la mansión César del DF, un hombre de mediana edad mira al guardaespaldas que tiene detrás.—¿Está hecho?—Sí. El objetivo está muerto, y no merece la pena preocuparse por los que quedan—respondió el guardaespaldas.El hombre asintió satisfecho.Mientras los pocos miembros influyentes de esa chusma estuvieran muertos, el resto eran simples petardos sin ninguna importancia.Aunque el viejo les diera oportunidades a manos abiertas, no serían capaces de soportarlo.—¿Ya lo sabe ese viejo decrepito? — preguntó.—Probablemente no.—Bien. Consíguete que alguien le filtre la noticia. Aplasta sus ánimos. Haz que renuncie a entregar los César a estos forasteros. ¡El Grupo César es mío!Una mirada de malicia innata apareció en su rostro.Yolanda trabajaba duro en el Grupo Sofía. Sabía que algo le había pasado a Sofía, así que tenía que esforzarse al máximo para que la empresa no molestara a Sofía.—Señorita Mora, alguien está aquí por usted.Su secretaria llamó a la puerta y entró.—¿Quién es
Las palabras de Yolanda indignaron a Dante, quien la miro como buscando el sentimiento tan anhelado en su rostro.Desafortunadamente, no encontró nada.—Dante, para decirte la verdad, no creo que yo sea la mujer adecuada para ti. Lo que sientes por mí probablemente sólo sea un flechazo pasajero, producto del momento. En cuanto nos veamos menos, tus sentimientos se desvanecerán.Yolanda se sintió molesta al verle actuar de esa manera.Dante había sido bueno con ella y la ayudó muchas veces, pero ella no podía estar con él sólo por esa razón. Era injusto para ambos. Sus palabras no consolaron a Dante en lo más mínimo.Al contrario, le enfurecieron aún más.—Pero si ni siquiera lo hemos intentado. ¿Cómo sabes que las cosas entre tú y yo no funcionaran? ¿Crees que por que un imbécil te fallo, todos somos iguales?El rostro de Yolanda se puso rígido.—Lo siento mucho.Dante se sentía impotente, pero no podía herir a Yolanda actuando una manera que distara del caballero que él era.—Espero qu
—Deberías volver al DF. La voz de Jaime sonó detrás de Sofía y ella se volvió para mirarle sorprendida.—No tiene sentido quedarse aquí—dijo, haciendo que Sofía frunciera el ceño.Ella le miró.—Este es mi negocio— No creía que estuvieran tan cerca como para hacer caso a sus sugerencias.—Ridícula—dijo Jaime.—Julio ha sido objetivo de asesinato. Es obvio que ha perjudicado a alguien y ese alguien no es de Guadalajara.Estos dos últimos días había repasado a Guadalajara con lupa. Definitivamente, no era alguien de Guadalajara, la única otra posibilidad era alguien del DF—No sé de quién es el demonio que invocamos desde el DF. Pero deberíamos saberlo. Quiero que investigues las cosas con claridad cuando vuelvas—dijo Jaime.Sofía estaba a punto de hablar, pero él continuó.—Aquí no hay en definitiva ningún rastro de Julio. Eso significa que quizá no esté muerto. Posiblemente, se lo hayan llevado. Podremos rescatarlo aún. No era imposible.¿Y si sus motivos no eran el matarlo, sino en v
Sofía sabía que no le había entendido, así que se apresuró a explicarle—No, abuelo. No voy a renunciar a él.Entonces le contó las sospechas de Jaime.—Quiero volver al DF para investigar. Si Julio fue realmente secuestrado, podría estar esperando a que le salvemos ahora mismo.No encontraría ninguna pista quedándose en Guadalajara, así que más le valía volver al DF. Tal vez allí descubriera algo de importancia.El viejo César sabía que la había malinterpretado.Eso tiene bastante sentido. Discúlpame por el malentendido Sofía.—No pasa nada, abuelo—Sofía sonrió.A ella no le importaba.—Definitivamente, encontraré a Julio, así que debes cuidarte.—Está bien. Puedes irte. Creo en ti.Le sonrió, sintiendo calor de amor en el corazón.Aunque Sofía aún no había aceptado ser novia de Julio, su actitud demostraba que aún lo amaba.En cualquier caso, los esfuerzos de su nieto no habían sido en vano.Después de una simple conversación con él, Sofía corrió inmediatamente al aeropuerto.No podí