Su mirada se llenó instantáneamente de hostilidad, mostrando una clara animosidad:—¿Qué quieres decir? ¿Cuál es el problema de que la familia Llan haya confiado en Sergio? Él es el legítimo heredero de la familia Llan.Sofía frunció el ceño, sorprendida por su reacción.—Has trabajado arduamente en el Grupo Llan. La gente reconoce tus habilidades. ¿Nunca has considerado tomar el control del Grupo Llan? —preguntó directamente Sofía.Al escuchar esto, Eva se levantó de su silla de inmediato, mirando furiosa a Sofía:—Te lo advierto, no digas tonterías. Sergio es mi hermano menor y tiene todo el derecho a liderar a la familia Llan. ¿Por qué tendría otras ideas?Al ver su firme negación, Sofía no pudo evitar reír:—¿En serio? ¿No tienes ninguna otra ambición? ¿O simplemente no te atreves a tenerlas?Eva se enfureció e intentó refutarla, pero Sofía la interrumpió:—Supongo que tu padre te advirtió hace mucho tiempo que no intentaras tomar el control del Grupo Llan, ¿verdad? Por eso no te a
Sin embargo, ella no perdió la calma en ese momento y preguntó con serenidad:—¿Realmente crees que puedes ayudarme a obtener el control del Grupo Llan?—Demostraré mi capacidad a través de acciones concretas, no solamente con palabras —respondió Sofía mientras entregaba un archivo a Eva.Mientras Eva hojeaba el archivo, Sofía continuó:—Estos son los miembros actuales del consejo de administración del Grupo Llan. Aquí encontrarás información detallada sobre cada uno de ellos. Si logramos obtener el apoyo de la mitad de ellos para que te conviertas en la presidenta del consejo, ¿no sería una tarea fácil hacerse con el control del Grupo Llan?No era necesario atacar directamente al Grupo Llan, solo debían lograr un cambio en la presidencia del consejo.—Parece fácil, pero ¿por qué me apoyarían? Ni siquiera poseo el uno por ciento de las acciones del Grupo Llan. —Se quejó Eva con amargura. Se sentía resentida porque su padre no le había dado ni siquiera una pequeña parte de las acciones
Después de la conversación con Eva, Sofía salió del gimnasio. Estaba a punto de llamar a un taxi cuando el auto de Julio se detuvo justo frente a ella.—¿Terminaste de hablar? —preguntó el hombre, bajando la ventana del auto y mirando a Sofía, que estaba en la acera.Sofía asintió y luego se dio cuenta:—¿Cuándo llegaste? Espera, ¿cómo supiste que estaba aquí?No recordaba haberle mencionado a Julio que iba a encontrarse con Eva hoy y mucho menos haberle dicho el lugar exacto del encuentro.—Estaba investigando a Eva y me di cuenta de que estabas con ella —respondió Julio. No esperaba que las cosas resultaran así. En un principio, quería investigar a Eva antes de que Sofía se adelantara. Sofía no hizo más preguntas. Incluso si Julio la estaba vigilando, confiaba en que lo hacía por su propia seguridad. Pero, ¿cuándo comenzó a confiar tanto en él?Julio abrió la puerta del auto para ella y Sofía se subió sin preguntar a dónde iban.—¿Cómo fue la conversación? —preguntó casualmente Juli
Al escuchar esas palabras, Sofía se puso nerviosa. Presentía lo que Julio iba a decir. Sus manos comenzaron a sudar involuntariamente.—Julio...—Sofi, déjame hablar —la interrumpió Julio.Sofía apretó los labios y se quedó en silencio, escuchando las palabras del hombre que estaba frente a ella:—Sofi, a veces me pregunto si entre nosotros de verdad hay algún tipo de destino, o si simplemente no lo hay. Pero nunca he encontrado una respuesta clara. —Sonrió ligeramente, como riéndose de sí mismo—. Luego pensé, ¿realmente importa esa respuesta?Sacudió la cabeza.—No creo que sea importante. Lo que sí sé es que me gustas, me gustas mucho.»Estoy seguro de que eres la persona que he estado buscando. Por eso, incluso cuando al principio me detestabas, seguí apareciendo en tu vida. Porque sabía que si te perdía de nuevo, podría pasar toda mi vida sin encontrar a alguien a quien amar.Julio seguía hablando, pero Sofía ya no estaba prestando atención. Ya sabía lo que iba a suceder, pero no
Julio se quedó paralizado. Su rostro empalideció.—Hablando en serio, nunca me lo había planteado.—¿Tan seguro estás de que aceptaré? —Sofía levantó una ceja, curiosa por la confianza repentina de Julio.—Sí, siento que no me odias tanto y que también sientes algo por mí —Julio habló sinceramente, sin falsedad en ese momento.Sofía no refutó esas palabras. Aunque no quería admitirlo, lo que Julio decía era cierto. Ya no sabía cuándo había empezadoa dejar de odiar a este hombre ya tener otro tipo de sentimientos por él...—Incluso si realmente no te gusto, no me rendiré. Seguiré amándote. —Julio tomó una decisión después de pensarlo.No estaba dispuesto a rendirse fácilmente, incluso si Sofía lo rechazaba.Hay que admitir que estas palabras de Julio conmovieron profundamente a Sofía. No esperaba que Julio fuera tan persistente.—¿De verdad no me darás una oportunidad? —Julio volvió a hablar, con el corazón en la garganta.Sofía suspiró, un tanto impotente:—No es que no quiera darte un
Sofía logró ponerse los pendientes y Julio suspiró aliviado.—Hola, mi novia.Sofía sonrió, sintiendo una felicidad indescriptible. Al ver esto, los demás no pudieron evitar bromear:—Basta. ¿No les da vergüenza frente a todos los solteros aquí?—Así es, apúrense y sirvan la comida —dijo María, siguiendo la broma. Sin embargo, se podía ver en su rostro una sincera alegría por Sofía.Julio y Sofía se miraron y ambos sonrieron.Pronto, los sirvientes trajeron los platos y todos se sentaron juntos, charlando y riendo, creando un ambiente alegre.Por supuesto, no todos estaban tan contentos. Jaime miró a María, quien estaba sentada al lado de Sofía. Desde que esta mujer llegó no solo no le había dirigido la palabra, sino que ni siquiera lo había mirado una vez. Esto le causaba una gran frustración y, aunque había una mesa llena de deliciosos platos, no tenía apetito en absoluto.Después de terminar la comida, todos salieron al jardín para ver los fuegos artificiales. Julio había preparado
Jaime tenía una expresión fría y estaba lleno de hostilidad.—Esto es asunto mío y de María, ¡no te metas!—¿Asunto tuyo? ¿Qué tienes tú con ella? —Sofía respondió con otra pregunta y se rio burlonamente—. María te dejó claro hace tiempo que no le gustas, ¿por qué insistes en acosarla?—Julio, aléjate de aquí con ella, ¡o no te gustará lo que pase! —Jaime contuvo su ira y miró a Julio.Aunque sabía que el otro estaba enojado, Julio no tenía intención de llevarse a Sofía.—Basta. Así solo complicarás las cosas.En opinión de Julio, si realmente le gustaba, debería perseguirla con sinceridad. ¿Qué sentido tenía hacerlo de esa manera?—Entonces, ¿ahora prefieres a tu novia en lugar de a tu hermano? —Jaime rio ligeramente, con un toque de amargura en su voz.Julio no respondió, pero sus acciones dejaban clara su decisión. Naturalmente, apoyaba a Sofía.Jaime apartó la mirada de Julio y se dirigió a María:—Te arrepentirás de tu elección.Después de decir eso, se fue sin mirar atrás. Esta v
Julio, al ver a Sofía tan enfadada, decidió no seguir hablando a favor de Jaime. No quería tener ninguna disputa desagradable con ella en el primer día de su noviazgo.—¿Qué te parece si mañana vamos juntos a visitar a mi abuelo en la antigua mansión? —Julio cambió rápidamente de tema para evitar seguir hablando de Jaime.Sofía pensó en ello y se dio cuenta de que había pasado mucho tiempo desde la última vez que visitó a su abuelo. Antes, ella había querido mantener cierta distancia entre ella y Julio, pero ahora...—Está bien —asintió sin rechazar la propuesta.Ambos regresaron al jardín. María descansaba en su habitación y Jaime se había ido, así que solo quedaban Dante y Yolanda en el jardín.Sofía notó que, aunque no había una atmósfera romántica entre los dos, la situación no era tan incómoda como antes. Secretamente, tenía ciertas expectativas. Sería bueno si Dante lograra que Yolanda dejara atrás su pasado y comenzaran de nuevo. Al ver que regresaban, la conversación entre Da