Michael alcanzó a Violet llegando a la cocina mientras ella pasaba las manos en la encimera de la isla central de la habitación, ella lo escuchó llegar, pero no lo miró, no quería pasar por lo mismo que pasó hace 6 años con Michael por sus celos y desconfianzas. Él se puso detrás de ella y le pasó las manos en una suave caricia de arriba hacia bajo de los hombros acariciando todo el brazo. Michael apoyó la cabeza en la de ella y le pidió:

—Perdóname, sé que soy el mayor idiota, pero nunca deje de pensarte y amarte. Verte con el ruso sacó lo peor de mí.

—Él es mi compañero de baile, es mi amigo, seguirás viéndonos juntos.

—Lo sé.

—¿Qué harás entonces? Es el mejor compañero de baile que he tenido, no pienso cambiar, ni por ti, ni por nadie.

Michael suspiró con la cabeza todavía apoyada en la de ella. No tenía dudas de que Violet y el ruso mantuvieron más que una amistad, sin embargo, él tampoco fue cé