Llegamos al nuevo apartamento de Marcela, veo a Santiago en la entrada, nos bajamos del auto, le tomo la mano a mi esposa y nos acercamos a él.

-Hola Daniel, como va todo -dice cordial.

-Para mí, todo va bien porque tengo la mujer más hermosa del mundo conmigo -digo alagando a mi esposa.

-Amigo, necesitamos hablar, las cosas no son como tú crees -indica tratando de explicarme.

-No hace falta que digas nada, doy gracias al cielo que te llevaste a Marcela contigo, porque gracias a eso ahora encontré el verdadero amor -expreso abrazando a mi esposa. Mejor vamos a desenmascarar a esa mujer y luego hablaremos tú y yo -indico.

Mi esposa sonríe, ella cree en las palabras de Santiago, la verdad estoy muy angustiado con el hecho de pensar que ese pequeño no sea mi hijo, pero pase lo que pase seré amigo de ese pequeño.

Tocamos la puerta, Mariana y Santiago se hacen a un lado para que no los vea, se asuste y cierre la puerta sin poder aclarar este embrollo.

En cuanto me ve su cara se ilumina, le