CAPITULO 30

Carolina le suplica a su madre que se calme, ella no puede hacer esto, ella no puede acabar con lo que ya empezó, y sobré todo tiene que perdonarla.

Natalia se desmaya, y Gustavo se acerca para colocarle en su mano un torniquete.

Pablo siente que su cabeza le duele, odia a su padre mientras Guillermo se levanta golpeado del suelo.

— Lo siento hijo, yo me enamoré de ella, Carolina es la mujer que amo con todas las fuerzas de mi corazón, y sé que sientas eso por ella pero yo no pude olvidar esto — El lo toma de la mano, lo que más quiere es el perdón de su hijo.

Pablo se aleja — Te odio, eres el ser más detestable, siempre hice lo que fuera necesario para ser de tu agrado, que te sintieras orgulloso de mí como padre, pero solo eres un ser desgraciado que se burló de mi — Pablo tenía rabia dentro de su pecho con su padre, él había matado la posibilidad de estar con la mujer que amaba y no se lo iba a perdonar nunca.

— Pablo, por favor, escúchame, yo sé que esto es una locura