CAPITULO 96

Cuando el hombre se fue de la pequeña casa de Tatiana la mujer tuvo que servir un vaso de agua fría para poder controlar la rabia que está viviendo dentro de su interior como un veneno poderoso de cualquier serpiente.

Entendida desde el primer momento en que conoció Fernando que era un hombre que no quería un no por respuesta, que era capaz de hacer lo que fuera necesario con tal de obtener Ese capricho que siempre se le había metido dentro de su cabeza y dentro de su corazón y que a pesar de que ella no lo quería aceptar Ese capricho en este momento era ella.

Fernando había intentado de muchas formas tenerla en su cama, pero a la vez siempre había significado un reto para él, sencillamente porque Tatiana no era como las demás mujeres que se deslumbraba por sus conocimientos de la civilización y que quedaban maravillados por cualquier joya cuando ella había nacido en cuna de oro y conocía todos los lujos de los que él presumía como si fueran la última maravilla.

Haber mane