JUEGO SIN REGLAS

CAPITULO 4

Carolina estaba muy nerviosa con todo esta situación y lo primero que hizo fue darle un fuerte empujón a Pablo.

No podía creer que de nuevo intentará propasarse con ella después que ella había dejado las cosas muy en claro.

— Te voy a decir algo, no quiero que te vuelvas a acercar a mí en tu vida, quizás cuando estaba adolescente sentí cosas por ti pero hoy eso se ha convertido en una repulsión — en el fondo de su corazón sabía que Pablo lo único que podía traerle era problemas.

Pablo odiaba ser rechazado — Tu me gustas, te deseo de muchas maneras — el insistía en intentar ingresar a la ducha.

Pero lo único que hizo Carolina para defenderse fue darle un fuerte empujón que lo hizo caer en el suelo, ella de inmediato salió de la ducha y se colocó una bata.

Los dos empezaron a discutir fuertemente, obviamente Pablo quería que le diera una oportunidad en su cama, mientras que Carolina estaba intentando defender su posición como mujer.

Natalia llegó en ese momento con Guillermo, los dos habían escuchado los gritos de la discusión y lo primero que hicieron fue subir rapidamente para entender lo que estaba sucediendo.

—¡¿Que significa esto Carolina?!— Natalia de inmediato empezó a acusar a la chica por lo que consideraba había sucedido era su culpa.

— Yo no se qué hace el en mi habitación, fue el quién ingreso, quiero que por primera vez en tu vida me des la razón — ella sabía que su madre no le creía, que ella siempre la iba a juzgar.

— Ella me invito a su habitación, me dijo que los dos íbamos a tener una noche demasiado intensa, pero después creo que se arrepintió y ahora no quiere echar la culpa, quizás todo lo que ella estaba haciendo solamente era una trampa para hacerme ver mal delante de mi papá — Pablo de inmediato empezó a utilizar la situación a su favor.

Sabía que su madrastra detestaba a su hija, y que mejor manera de demostrarle que él siempre iba a tener control sobre ella que dejando que todas las personas de la casa empezarán a detestarla cómo lo había logrado hace mucho tiempo.

— Es mentira, yo nunca le dije que entrara a mi habitación, la verdad es que es un cerdo que lo único que quiere es aprovecharse de mí — la rabia con la que ella hablaba era suficiente para que Guillermo le creyera.

Guillermo de inmediato se acercó a su hijo y lo jaló de la camisa que se encontraba algo humedad por las gotas que le habían caído desde la ducha.

— No voy a permitir que te metas con una mujer y mucho menos si esa mujer es de la familia, no voy a permitir que hagas esto — Guillermo estaba muy enojado y sentía mucha rabia en su cabeza, también acompañada por un poco de celos por esta situación.

— ¿No me vas a creer papá? Sabes que ella siempre dice mentiras — Pablo intentaba culpar a Carolina de sus intenciones.

— Carolina es una gran mentirosa, así que no deberías creer en sus palabras — Natalia cómo siempre parecia que le gustaba más hablar mal de su hija y defender a sus enemigos que cuidarla y apoyarla a en una situación difícil.

— Si es verdad que ella te invito a pasar un momento en el baño ¿Porque aceptaste? Te recuerdo que tú eres un hombre comprometido, no voy a dejar que imvestes y te burles de las mujeres — Guillermo lo saco de un empujón.

Natalia se enojo, no quería que Guillermo defendiera a su hija — esto es un terrible error que estás cometiendo, créeme que ella no lo merece — la mujer salió de la habitación.

Carolina empezó a llorar mientras abrazaba a Guillermo — No se porque ella nunca me cree, parece que cada vez me odia más — ella sentía que le dolía el alma cada vez que si mamá la trataba de esta manera.

— Entiende a Natalia, ella es una mujer estricta y algo fría pero si tengo algo seguro es que te ama — el le dio una caricia en la mejilla.

—¿Porque me defendiste?Pensé que le ibas a creer a Pablo, el es tu hijo — Carolina sentía que su corazón latía con rapidez.

— Lo conozco, se que no es una gema pérdida como le hace creer a todos, no voy a permitir que se burle de nadie — Guillermo intento levantarse pero Carolina lo detuvo

Ella lo tomo de las mejillas y lo beso, quizás no era el momento más apropiado pero era claro que ella quería estar con el, y que la sombra de la venganza se estaba convirtiendo en una excusa, era eso una excusa para negar lo que era una evidente atracción.

— Carolina.... No hagas esto más difícil... Va a existir un momento en el que no voy a poder detenerme — Guillermo sentía los suaves labios de Carolina, su belleza a flor de piel, su belleza perfecta tan cerca de el.

— Es lo que quiero, que un día no te puedas detener — Carolina tocó la masculinidad de su padrastro por encima del pantalón, él estaba rígido y ella sentía que su cuerpo empezaba a dirigirse por el mismo camino.

Ella empezó a desabotonar su pantalón mientras bajaba sus besos, por un momento el perdió la razón, quería que ella siguiera pero se detuvo.

Se levantó de inmediato de la cama — No va a pasar, Carolina no te quiero cerca — Guillermo salió de allí enojado.

Carolina se quedó mirando a la nada, no sabía que estaba haciendo pero deseaba que el la tocará, eso estaba mal, se suponía que su seducción solo era parte de un sacrificio, que ella estaba haciendo esto por su padre y que no debería desear a Guillermo.

Guillermo se le estaba volviendo una obsesión, decidió prepararse, tomar un taxi y llegar a la oficina.

Al llegar a la oficina, Pablo se acercó 

— No debí mentir, no debí hacer lo que hice, no me puedo controlar cuando estoy cerca de ti — sus palabras eran fuertes.

— Solo aléjate de mi, no te quiero cerca, no me das confianza porque eres un cerdo — quizás las palabras no eran las adecuadas pero eran verdades.

Pablo quería decirle muchas cosas, que dentro de su cabeza se cocinaba una especie de obsesión que no sabía cómo manejar peor fue interrumpido por su novia.

— Tengo todo listo para la cena de compromiso, necesito que revisemos por última vez la lista de invitados, y quiero recordarle Carolina que usted no está invitada — Fanny la había declarado su rival.

Fanny sabía lo que estaba sucediendo en a cabeza de Pablo, pues en la intimidad en varias ocasiones había escuchado el nombre de Carolina en sus labios y le dolía, le pesaba.

Pablo de inmediato la defendió — No voy a dejar que por tus celos ofendas a Carolina, ella es parte de mi vida — Pablo quería estar con ella, después de lo que pasó sus sentimientos parecían mucho más intensos que antes.

Fanny y el se fueron discutiendo, cuando llegó una hermosa joven y se presentó en el despacho de Guillermo, esto le hizo dar algo de celos pero de rabia a Carolina.

De inmediato entro y se dio cuenta que se trataba de su reemplazo, el mismo que había pedido Guillermo para estar alejada de ella.

—¿Que haces aquí Carolina? Esta mañana hablé contigo y creo que fui demasiado claro con esto — Guillermo intentaba poner su voz de mando como en muchas oportunidades.

— Soy tu secretaria — Carolina se puso en frente de la otra joven que se sentía incómoda por la situación.

— Ahora mi secretaria es Liliana, ella es de recepción y tu puedes pasar a esa área o ser la secretaria de otro ejecutivo — Guillermo cruzó sus dedos, miraba de arriba a abajo a Carolina el deseo de sus ojos era evidente.

— Liliana este no es un problema tuyo, es algo familiar, por favor regresa a recepción — le pidió mientras abría la puerta para que una intimidada joven saliera de allí

—¡¿Que es este juego?!— exclamó Guillermo algo desesperado por la situación.

— Sencillo, es claro que no podemos controlar este deseo, que nos queremos comer a besos aquí mismo, pero yo me sé controlar ¿Y tu?— la pregunta de Carolina tenía un toque de sensualidad y erotismo.

— Por supuesto que puedo controlarme, no soy un animal — Guillermo amaba la determinación de carácter de Carolina.

— entonces esto se puede denominar un juego, el juego del deseo, yo no quiero perder y sé que tú tampoco, el primero que ceda pierda — ella se acercó mucho, tanto que el podía oler su aliento, pensó que le daría un beso pero solo levantó su dedo meñique y el accedió a empezar el juego de evadir la tentación.

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