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Capítulo 4-No puede despedirme

Luego de unos segundos aclaro mi garganta antes de hablar y no parecer una acosadora ante mi jefe.

Doy unos pasos al frente y hablo.

- Buenos...

- Señorita Lagunes. Sé que ha sido la asistente de mi padre durante estos dos años- levanta la mirada para seguir hablando-, pero debe saber que ya cuento con una asistente de mi entera confianza y no es posible mantener su estancia en la empresa- se pone de pie y rodea su escritorio quedando justo frente a mí.

Paso saliva con dificultad al tener a semejante hombre ante mi persona.

Ahora soy consciente de su altura y su increible físico.

- Así que, espero su renuncia antes de que termine el día- concluye sacándome de mis pensamientos.

Entrecierro los ojos y ladeo la cabeza como si no comprendiera sus palabras, mi cara es de completa incredulidad.

'No puede despedirme de esta manera'

Tengo un contrato firmado por tres años y solo llevo dos, sin contar que mi contrato especifica que por ningún motivo me pueden despedir o yo renunciar hasta que termine el mismo.

- Lo lamento pero no puede hacer eso. Mi contrato...

- No me interesa lo que dice el contrato. Yo soy el jefe ahora y no deseo tener su presencia en mi empresa y menos tan cerca de mí. ¿Cree que no sé que mis padres la dejaron para vigilar mis movimientos? No entiendo por qué se molestan en hacer eso- lo último lo dice más para él que para mí.

- Mire, señor Altamirano. Yo no estoy aquí por favoritismo. No estoy aquí para hacerla de su niñera y tampoco me interesa pasar tiempo a su lado. No presentaré mi renuncia, así que me puede despedir y esperar mi demanda por incumplimiento de contrato- giro sobre mis talones pero su agarre en mi brazo me detiene.

- A ver. Usted va a firmar quiera o no- su firme pecho pega en mi espalda y giro la cabeza para verlo.

Una sensación extraña recorre mi columna vertebral.

Estamos a centímetros y puedo oler su deliciosa fragancia a sándalo.

'¡Oh por Dios! Es dulce pero maderosa y masculina.

Me golpeo mentalmente para salir de mi aturdimiento.

- Si quiere hablar algo relacionado con mi contrato, lo puede hacer con su padre. Fue él el que me contrató y el único que puede despedirme-.

Me suelto y salgo de ahí con la respiración agitada.

Me toco el pecho al llegar a mi escritorio y observo los ojos curiosos de Brit.

Se acerca al verme afectada por la confrontación con mi jefe.

- Isabela, qué pasó allá adentro que estás más blanca de lo normal- caminamos rumbo a mi escritorio.

- El muy idiota me quiere despedir. Dice que ya tiene asistente, seguro es uno de esos jefes desagradables que se enreda con su empleada- observo palidecer a Brit y sus ojos parecen los de un búho.

Seguido de eso escucho el carraspeo de alguien y por su fragancia sé quien es.

¡Demonios!

- Venga a mi oficina, señorita Lagunes- se gira y dejo de escuchar sus pasos. Cierro con fuerza mis ojos.

Dejo caer mis hombros en derrota ante mi abrupto de haber dicho eso del señor Altamirano.

Me giro para seguir sus pasos y entrar a su oficina de nuevo.

- Detesto que hablen a mis espaldas. Si tiene algo que decirme, dígalo de frente. Como no puedo despedirla y usted no va a renunciar... No me queda de otra que soportar su presencia un año- no respondo solo me cruzo de brazos y alzo una ceja.

No sé de donde me sale el valor para tener esta actitud altiva.

- Bien- es lo único que comento.

- Le daré una dirección del café que debe traer cada mañana.

Detesto la impuntualidad así que debe estar a tiempo en la oficina.

No interrumpa cuando estoy hablando, lo odio.

Debe tener su agenda libre por si es necesario viajar...

- Pero...- muerdo mi lengua al verlo bufar molesto por interrumpirlo.

- Que parte no entendió.

- Entiendo todo a la perfección, pero la parte de viajar no me corresponde.

- ¿Y con quién pretende que lo haga? Usted es mi asistente- menciona serio.

- La señorita...

- Olvídelo, veo que no es capaz de hacer su trabajo a la perfección tal y como mi padre decía- se gira en dirección a su silla dándome la espalda y siento un calor subir a mis orejas.

'Me encanta mi trabajo y lo realizo a la perfección, este idiota no lo va a poner en duda'

- ¡Bien! Lo acompañaré a los viajes sin refutar o dar excusas- gira y curva sus labios en una apenas visible sonrisa que me hace tambalear por alguna extraña razón.

He caído en su trampa.

'Que torpe eres Isabella'

- Bien. Pasemos a lo importante. ¿Cómo van los preparativos para la presentación?

- Todo en orden, en el correo encontrará los datos de todo y la mayoria de los invitados han confirmado su asistencia.

- El reportero de la revista Fashion Look ¿ya confirmo?

- Sí y tres más se han apuntado al evento.

- Bien. Le enviaré mi correo personal, no me gusta tener información importante a la vista de todos. Puede retirarse.

- Claro- giro sobre mis talones y salgo a toda prisa.

Mi corazón late a mil por hora.

Creo me dará un infarto.

Aclaro mi mente y me dispongo a organizar unos documentos e ingresar otros al archivo.

Organizo la agenda de mi jefe antes de salir a mi hora de comida.

Estoy tan concentrada que no escuché el sonido del ascensor hasta que una voz se hace presente.

- Dile a tu jefe que Lisa Norton está aquí- me sobresalto ante la voz repentina de la mujer castaña que me observa con desdén.

'Esta que se cree que es para mirarme así'

'Isabella, debes controlar tu actitud.

Estás muy alterada' regaña mi conciencia y suspiro antes de hablar.

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